Edward Bach (1886-1936), por mucho que nos parezca, un gran desconocido. Conocemos sus cualificaciones médicas, algo de su trabajo con las Flores y algo de las Flores. Pero eso es solamente una parte de su trabajo, importante seguramente, pero ni mucho menos todo. Al final de su vida, él calificó a su trabajo como la Gran Obra. Las Flores que él seleccionó y sistematizó, son mucho más, cuando se comprenden, que unas gotitas a ingerir, pero lamentablemente en muchas ocasiones no se va más allá de: “Mimulus para los miedos conocidos”. Cuanto más se investiga, y más se descubre en la vida del doctor Bach, más claros se hacen sus periodos de frustración y de soledad, y así, poco a poco, se va descubriendo a un hombre excepcional, un iniciado transitando por lo que llamamos vida, o un día de escuela, como diría él.